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viernes, 31 de agosto de 2012

Entusiasmo


Cuántas veces has ido por la calle ensimismado en tus pensamientos sin darte cuenta de lo que hay a tu alrededor?

¿Cuántas veces has levantado la vista y te has encontrado frente a un paisaje precioso, pero has seguido tu camino con cruel indiferencia?

¿Cuántas veces has pasado delante de mí sin mirarme?

No lo soporto.

Mírame, estoy aquí, desde siempre.

Estaré ahí dándole todo lo que tengo a mí día a día.
Me entretengo contando los colores de las estaciones mientras mi mente formula preguntas imposibles para mi loca y cuerda cabecita.

Y por el camino voy pisando las hojas, óyelas crujir mientras giro sobre ellas.

Y juego con el viento, le hago creer que no quiero despeinarme, pero me abandono al sutil sentimiento de libertad.

Y ordeno mis lápices de colores de la gama del arco iris.

Y le pongo sombrillitas de formas divertidas a mis bebidas. Dulces y refrescantes. Como dices que soy yo.

No tengas miedo de probarme.

Porque haré que te diviertas como nunca. Que descubras que conmigo no has olvidado los juegos de cuando eras pequeño. Que no te importa mojarte con la lluvia.

Mira los caminos grises como si fuesen lacasitos y  juega conmigo a saltar entre colores.

En una pagoda te encontré una vez. Dispuesto a dejarte llevar. Y se me ocurrió poner telas de infinitos colores. Tú de negro, yo de blanco. Y comenzamos a jugar, a escondernos entre ellas. Y vi como observabas los distintos colores que mi silueta formaba al enredarse entre las sedas de colores. Y vi como tu mirada se turbaba en juguetona, que comprendió por fin que merece la pena escapar de la vida aunque sólo sea un instante. Aunque sólo sea conmigo.

Y en esa pagoda, donde los arco iris de seda ondeaban con el viento, descubriste como ganarme al escondite, y descubrí que puedo jugar contigo.

Y descubriste que puedes jugar conmigo.

domingo, 5 de agosto de 2012

Acrónimos


Ahora mi corazón ya no siente deseos de tenerte.
No tengo ganas  de volver a verte.
Tengo deseos de sumirme en mis recuerdos para siempre.
Insatisfacción retenida por demasiado tiempo.
Soledad de barreras insalvables.
Olvidada de los recuerdos de la gente.
Condicionada por el pasado de los demás.
Invertida en el mundo al revés.
Acomodada en mi propio olvido.
Lugares olvidados en los que nadie se atrevería a entrar.
Lugares insospechados para demostrar sensualidad.
Un mar de emociones en las que perderse.
Juegos prohibidos a los que sucumbir.
Usurpar deseos sin razón.
Ruidos interesantes en torno a un colchón.
Intensidad de sentimientos sin controlar. 
Arrastrando nuestros cuerpos a placeres ilimitados.
Fuego apagado a manos del distanciamiento.
Rectificar errores marcados por la indiferencia.
Indignada por el frío que congela nuestras conexiones.
Acabando en miradas de rencor y lejanía.
Lugar nevado por las pesadillas de mi razón.
Dudas de que algo caliente mi corazón.
Anteponiendo dolorosos recuerdos vividos con demasiada frecuencia.
Demasiadas ruinas dadas en un mismo ser.
Todos los momentos felices contigo empañan los momentos junto a las demás personas.
Insociable por naturaleza, no me siento a gusto con más personas que las elegidas.
Competente inducida, me defraudo a mi misma constantemente, será por el dichoso dicho del hombre y la piedra.
Caprichosa porque siempre me enamoro de lo que no puedo tener, aunque me es imposible no desearlo, será por el refrán de la persecución por lo que me empeño en seguir adelante con esta locura.
Cabezonería innata que me hace perseguir el mismo camino.
De maneras incorregibles que mi mal humor siempre muestra en momentos inoportunos.
Carácter  de tantas maneras como caras por mostrar.
No soy buena, no soy una joya, no soy amable ni cariñosa, no se comprender ni se que hacer. No se escucharte ni entenderte.
                      ¿Qué buscas de mí?
Desconfianza provocada por tu mirada alegremente confiada.
Me miras con dulzura cuando no puedo corresponderte, ¿Por qué me amas, amor?
Si me miras con tus ojos una vez más mi cabeza explota en miles de dudas sin sentido.
No sé que hacer contigo...
...Y aún con todo esto... 
                                  ¿puedes seguir diciendo que me quieres?
©Mitsuki Hayashi.